Letras Minúsculas

"En mi casa únicamente vivimos yo, yo y mis otros yo", dijo el anciano solitario a quien nadie visitaba desde hace más de diez años, mientras caminaba por la calle.

Lo repetía para si mismo, o para la gente, no lo sé, pero alguien lo escuchó, alguien lo contó y alguien informó.

Un día, cuando el sol estaba a punto de marcharse, le visitaron otros que no eran ninguno de los que vivían en su casa. Tocaron a su puerta. Entraron. Conversaron en su sala y le invitaron amablemente a acompañarlos.

Así fue como él, él y todos sus otros él fueron internados en un asilo para dementes.

Alguien lo vio.
Alguien lo contó.
Alguien informó.

Sin embargo, nadie nunca fue a visitarlo.

Murió él, él y todos sus otros él y les enterraron juntos en un cementerio municipal.

Alguien supo,
alguien informo,
pero nadie fue a su entierro.

En su lápida escribieron "Aquí descansan los restos de todos los que en su vida fueron él mismo".